A lo largo de las distintas entradas del foro, hemos ido comentando aspectos similares y diferentes de los centros que hemos analizado y nuestro propio centro, ya recogido en la entrada anterior. Por ello, recogemos aquí algunas de las reflexiones y aportaciones al respecto:
– Aprendizaje y convivencia: en mi centro, al igual que en alguno de los que hemos analizado, también existen diversos agrupamientos atendiendo a las necesidades del momento y a las distintas realidades. Destacaría en mi centro el agrupamiento heterogéneo, puesto que se producen distintos agrupamientos dentro de un mismo conjunto con el fin de rentabilizar cada materia y los aprendizajes puestos a disposición del alumno. Del mismo modo, estos agrupamientos son tan variables como las diferentes situaciones requieran, pues ante una situación en la que se produzca intervención en relación con la convivencia, el equipo docente está capacitado para reajustar cada agrupamiento.
– Diálogo y deliberación: en algunos casos descritos en el foro coincidimos en que el modelo predominante es el del diálogo igualitario, por cuanto se forma a los alumnos y las alumnas a que sean capaces de expresar a partir del respeto y la tolerancia cualquier situación sobrevenida y que pueda influir en el ritmo normal de aprendizaje. Se favorece, además, la creación y ampliación de distintos espacios de diálogo y convivencia, como patios y zonas comunes, la propia aula o salas de reuniones habilitadas a tal efecto.
Por otro lado, en cuanto al diálogo como base del consenso, este se recoge en el buen ambiente del claustro, por las buenas relaciones que puede haber entre los distintos miembros, por lo que estoy de acuerdo en que el modelo del diálogo igualitario se establezca como base del contexto en el centro, único camino para lograr que el plan de convivencia del centro sea fructífero y consecuente con los tiempos.
Me parece muy interesante resaltar el hecho de que el profesorado trate de buscar nuevas estrategias en materia de convivencia, aunque aparezca el modelo disciplinar. Actualizarnos y tratar de mejorar el ambiente del centro es primordial para desarrollar nuestro trabajo como docentes y que el alumnado se sienta valorado, querido y escuchado, adquiriendo todas las competencias que se le reclaman hoy día desde la sociedad actual. Conseguir alumnos y alumnas competentes y que tengan integrados ciertos valores debe ser el objetivo principal que debemos alcanzar.
– Convivencia y participación familiar: en ocasiones el modelo predominante en bastantes centros suele ser el informativo o consultivo. Si bien también aparecen reflejados en algún momento en el plan de convivencia de mi centro, por encima de estos destaca el modelo educativo, pues se favorece que todos los miembros de la comunidad educativa intervengan y participen de pleno derecho en todas las decisiones que se deban tomar al respecto del buen clima en el centro, por ejemplo, en salidas extraescolares consensuadas y apoyadas por la familia y el claustro, entre otros.
Me parece que es importante reflexionar sobre cómo tan distintas opiniones a veces suelen perjudicar los modelos de convivencia, en cuanto a que no hay consenso real sino diferentes posturas, a veces irreconciliables. Es fundamental que el profesorado esté continuamente reciclándose en metodologías nuevas, herramientas TIC (fomenta el interés y motivación entre nuestros chicos y chicas). Es necesario que aquellos que creemos en esto intentemos contagiar ese interés al resto del claustro, especialmente a aquellos más resistentes a cambiar su metodología, que si bien a priori aporta buenos resultados, con la innovación podremos hacerles más interesante y motivante el aprendizaje al alumnado. La disparidad de opiniones debería ser siempre enriquecedora, pero es cierto que, en algunas ocasiones, en claustros donde mayoritariamente esta diversidad de opiniones es tan abundante, nos puede llevar a enfoques diferentes que buscan objetivos diferentes, siendo lo más importante conseguir un mismo proyecto común para nuestro centro.